Llegado este punto la mayor parte de las personas volverán a leer el texto, harán un resumen, o destacarán las partes más importantes. Desafortunadamente, la evidencia muestra que ninguna de esas estrategias es realmente efectiva si lo que se busca es retener lo leído.
En un estudio emblemático realizado en el 2006, 40 universitarios estudiaron un pasaje corto sobre el Sol tomado de la prueba TOEFL. Después de leerlo una vez, a un grupo de estudiantes se les instruyó para que lo releyeran varias veces, mientras que al resto se le pidió que simplemente escribieran todo lo que recordaran del mismo.
Una vez finalizaron, se les hizo una prueba de retención y el desempeño del grupo que releyó fue superior, logró recordar el 81% del contenido frente al 75% del otro grupo.
Sin embargo, este resultado se invirtió una semana después. Los estudiantes que practicaron escribiendo todo lo que recordaban del texto lograron retener un 56% de la materia, mientras que el grupo que releyó cayó al 42%. Es decir, en el intervalo de 7 días perdieron más del 40% de lo estudiado frente a un 15% del otro grupo.
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